Craig Venter, el hombre con el ego más grande del planeta, y su equipo han conseguido sintetizar químicamente por primera vez el genoma completo de una bacteria (Mycobacterium genitalium) (ver noticia). Este es el primer paso, dicen, para la creación de vida en el laboratorio y el pistoletazo de salida para toda una nueva disciplina de la biología, la Biología Sintética. Los objetivos son, dicen, diseñar (micro)organismos a la carta para que nos ayuden en diferentes tareas (bioremediación, medicina, alimentación, etc.). Veremos.
Lo interesante viene ahora. De momento han colocado las letras juntas y en orden, ahora falta comprobar si el texto se lee correctamente y si las instrucciones que se detallan son válidas y dan lugar a un microorganismo que viva y funcione más o menos correctamente. Si eso es así, no se en que posición van a quedar los curas y demás fanáticos del creacionismo más rancio. Si éstos necesitan un ejemplo práctico del "Diseño Inteligente", el nuevo eufemismo que se han inventado los americanos para decir que Dios creo la vida, el hombre y su circunstancia, ya lo tienen: Craig Venter y su equipo han demostrado que con inteligencia se puede diseñar la vida, casi casi a voluntad.
Craig Venter
Imagen de microscopia electrónica de Mycoplasma genitalium